Domingo XIV del T. Ordinario. A

Domingo XIII del T. Ordinario. A
27 junio, 2020
Horario de VERANO
8 julio, 2020

Mt 11, 25-30.

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

 

… Jesús, pasa por períodos de fracaso en su ministerio. Rechazado por las ciudades vecinas. Y, de repente Jesús, tiene una sacudida de asombro: Padre, te doy gracias y te alabo.
Alrededor de Jesús el lugar parecía estar vacío, los grandes, los sabios, los escribas, los sacerdotes se habían mudado y los pequeños llenaron el lugar: pobres, enfermos, viudas, niños, los favoritos de Dios. Te doy gracias, Padre, Tú traes ese pan de amor que todo corazón cansado necesita. Jesús, que está asombrado de Dios y lo ensalza, da otro paso adelante. Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados, y os daré descanso. En mí y en ti también, nombrar a Jesús, suscita consuelo y descanso.
Aprended de mí. Ir a Jesús es ir a la escuela de la vida, haced como yo, generar vida, curar, y levantar. Es como una música dulce.

Lee, medita, ora, contempla

 

 

 

 

 

 

 

Monasterio de San Pelayo
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