ERES SAL, ERES LUZ

ROSQUILLAS DE SAN BLAS. Monasterio de San Pelayo
3 febrero, 2023
CONVERTIRSE EN HUMANO
11 febrero, 2023

Mt 5,13-16. V Domingo del T. Ordinario. A

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos».

 

Sal y luz. Vamos a más luz, luz de primavera, Luz de la Vigilia pascual.
El discípulo-luz es aquel que acaricia la vida todos los días y revela la belleza de las personas, aquel de cuyos ojos emana el respeto amoroso por todo lo viviente. 
Un rasgo imprescindible para trasparentar a Dios: la bondad del corazón. Medeleine cree que su
irradiación es la que puede mover los corazones de los hombres y de las mujeres alejados de la
fe: esos hombres se dan cuenta de que algo esencial a su vida les es devuelto. Sin la bondad,
todos los intentos, acciones, servicios ocultarían al Único bueno.
Brille así vuestra luz, en vuestras buenas obras.
La humildad de la luz y la sal: la luz no se ilumina a sí misma, nadie come solo sal. Ser sal y ser
luz es perderse en las cosas, sin hacer ruido ni violencia, y resucitar con ellas. Dios mio, te pido un poco de esta sal y de esta Luz.
Lee, medita, ora, contempla