HAZ TÚ LO MISMO

HORARIO DE VERANO
3 julio, 2022
Solemnidad de San Benito.
10 julio, 2022

Lc 10,25-37. Domingo XV. Ciclo C

En aquel tiempo, se levantó un maestro de la ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?».
Él le dijo:
«¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?».
El respondió:
«“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza” y con toda tu mente. Y “a tu prójimo como a ti mismo”».
Él le dijo:
«Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida».
Pero el maestro de la ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús:
«¿Y quién es mi prójimo?».
Respondió Jesús diciendo:
«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: “Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva”. ¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?». Él dijo:
«El que practicó la misericordia con él».
Jesús le dijo:
«Anda y haz tú lo mismo».

 

Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó. Uno de los relatos más breves y bellos del mundo, en el que se condensa el drama y la solución de toda la historia humana. Un hombre: no sabemos su nombre, pero conocemos su rostro: herido, golpeado, terror y sangre, boca abajo, no puede.
Dios siempre interviene, pero lo hace a través de sus hijos, a través de mí. 
No es espontáneo detenerse. La compasión no es un instinto, sino un logro. Como el perdón: no es un sentimiento, sino una decisión. La historia de Lucas ahora pone diez verbos seguidos para describir el amor: lo vio, se compadeció, se acercó, salió, vertió, envolvió, cargó, lo llevó, cuidó, pagó… hasta el décimo verbo: en mi volveré pagaré… Este es el nuevo decálogo, para que la tierra sea habitada por ‘prójimos’, no por adversarios.
Pero, ¿Quién es mi prójimo? Jesús responde: tu prójimo es el que ha tenido compasión de ti. Entonces ama a tu prójimo, ama a tus samaritanos, aquellos que te salvaron, te criaron, quienes pagaron por ti. Aprende el amor del amor recibido. Conviértete en samaritano.
Haz tú lo mismo, como el samaritano, como Jesús. 
Lee, medita, ora, contempla