II Domingo del T. Ordinario B.

Ora 30′. Oraciones disponibles aquí
11 enero, 2021
Ora 30′. Oraciones disponibles aquí
18 enero, 2021

Jesús. Sagrada Familia. Barcelona.

Jn 1,35-42.

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.» Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?» Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?» Él les dijo: «Venid y lo veréis.» Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).» Y lo llevó a Jesús.
Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»

 

… Una historia que huele a libertad y valentía, con las primeras palabras de Jesús a sus primeros discípulos: ¿qué buscáis? Un verbo que nos define: somos buscadores de Dios, nacidos del soplo del Espíritu.
¿Dónde vives? Ven y verás. Jesús, nos muestra el anuncio cristiano, más que con palabras, con miradas, con su vida, con encuentros, con cercanía.
Jesús!, es paradigma de humanidad, es decir, un ser humano especialmente relevante en el que brilla de modo espléndido lo que es un ser humano. Y con su relación, siguiéndole, nos humaniza.
Se puede profesar la llamada doctrina cristiana y practicar los ritos sin seguir a Jesús, es decir sin ser cristiano.
¿Cómo puedo serlo? Dejándome llevar por el impulso de su Espíritu. Ir detrás de Jesús, siguiendo sus pasos y participando de su misión. Dándole a él la iniciativa.
Rasgos que guardo. Su pregunta, su mirada, su llamada, su acción en mí.
Cant. 6, 11-12. Bajé a mi nogueral a contemplar los brotes del valle,
a ver si ya la viña verdeaba, a ver si florecían los granados.
Y sin que yo me diera cuenta
me encontré en la carroza con mi Príncipe.

Lee, medita, ora, si hoy escuchas su voz, síguele. Serás feliz, y nos harás felices.