JESÚS, FUEGO ARDIENTE

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20 agosto, 2022

Claudio Pastro

Lc 12,49-53.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división. Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».

 

Evangelio dramático, duro y de gran hondura.
Se trata de la primera persecución violenta contra los cristianos, cuando los discípulos de Jesús se encuentran repentinamente excomulgados de la institución judía, expuestos a prisión y muerte. Un golpe terrible para las primeras comunidades de Palestina, donde eran todos judíos, donde las familias empiezan a dividirse a fuego y espada, el escándalo de la cruz de Cristo.
El fuego es el primer recuerdo en el relato del Éxodo de su presencia: llama que arde y no consume en el Sinaí; ardor del corazón para los discípulos de Emaús; fuego ardiendo en los huesos del profeta Jeremías; lenguas de fuego en Pentecostés; sello final del Cantar de los Cantares.
Un fuego, que también nosotros queremos que arda en los corazones de muchos. Acércate a Jesús, deja que su amistad prenda en ti. 

Lee, medita, ora, contempla

Sor María Esther