JESÚS

RECÍBEME
18 agosto, 2023
ENCUENTRO DE COMUNIÓN
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 Mt  6,21-27.

En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte.»
Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas corno los hombres, no como Dios.»
Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.»

 

Vivir una historia con él tiene un comienzo liberador. Si alguien quiere. Si quieres. Irás o no irás con Él, elige, no hay imposición.
Martin Buber resume así el camino del hombre: «a partir de ti, pero no para ti». Porque quien sólo se mira a sí mismo nunca se ilumina.
Si quieres seguirme…
A ti, Jesús, que te atreves a tocar a los leprosos y desafiar a los verdugos dispuestos a matar a la adúltera; el que se deja llevar por dos gorriones; el rabino amante de los banquetes y los amaneceres en el desierto; los pobres que nunca entraron en los palacios de los poderosos sino
como prisioneros. Manso y humilde. Con la cruz, con la pasión, que es apasionarse y sufrir juntos.
Si quieres seguirme…
¿Pero por qué seguirlo? ¿Por qué ir tras él? Es el drama de Jeremías. ¿Quién no lo ha sufrido? Pero bienaventurados los que continúan, como el profeta: en mi corazón había como un fuego, traté de contenerlo, pero no pude.
Lee, medita, ora, contempla