LA PALABRA ES LUZ

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16 enero, 2023
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23 enero, 2023

III Domingo del T. Ordinario. A  Mateo 4,12-23.

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaúm, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles.
El pueblo que habitaba en tinieblas
vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte,
una luz les brilló».
Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
«Convertíos porque está cerca el reino de los cielos».
Pasando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.
Les dijo:
«Venid y seguirme  y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el Evangelio del reino y curando las enfermedades y dolencias del pueblo.

 

La poderosa voz del desierto, la de Juan se acalla, Juan está en la cárcel. Y la voz de Jesús, se eleva sobre el lago de Galilea. La Palabra, nos nutre. 

Necesitamos lecturas que nos nutran, palabras que nos nutran.

Necesitamos luz, necesitamos recibir la Palabra que es Luz.

¿Puedes hacer esta experiencia?

Bajar a ese encuentro con Cristo Jesús que es Luz. Déjate habitar por Él, deja que su presencia te habite e imprima en ti, en mí, sus gestos y su curación.

¡Jesús, ilumínanos!

Repite en tu interior una y otra vez; El Señor es mi Luz (Sal 26)

 

Jesús proclamaba la “Buena Noticia de Dios”, curando las enfermedades del pueblo.

¿Puedo llegar a percibir, yo también a Jesús, como alguien “nuevo” y “bueno”? 

¿Haces la experiencia de que Dios está cerca?

Entonces, ¡conviértete! Es decir: celebra la belleza que te mueve, que nos mueve dentro. La conversión es precisamente el efecto de mi «noche tocada por la alegría de la luz» (María Zambrano). Dirígete a la luz, porque la luz ya está aquí.

Lee, medita, ora, contempla