LAS BIENAVENTURANZAS

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30 enero, 2023

Mt 5,1-12a.

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus
discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
Bienaventurados los pobres …
Bienaventurados los mansos…
Bienaventurados los que lloran…
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia…
Bienaventurados los misericordiosos…
Bienaventurados los limpios de corazón…
Bienaventurados los que trabajan por la paz…
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia…
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien…

 

Las bienaventuranzas comienzan con la mirada de Jesús sobre la gente: una mirada nueva.
Dichosos los pobres de Espíritu, quienes comprenden que su verdadera riqueza es Dios mismo.
Dichoso los sufridos…quienes enfrentan la tribulación, con aguante activo. Con “Hypomoné”
Dichosos los que lloran, porque se saben y aceptan en su vulnerabilidad y eso les hace ser auténticos.
Dichosos los que tienes hambre y sed de justicia, porque nada ni nadie les es indiferente en esta gran Casa/Familia a la que pertenecen.
Dichosos los misericordiosos, porque no se amargan juzgando a nadie y gozan acogiendo a todos y todas.
Dichosos los limpios de corazón porque ven más bondad que maldad en sí mismos y a su
alrededor.
Dichosos lo que trabajan por la paz, simplemente irradiando la paz que llevan dentro, con su presencia, energía.
Dichosos los perseguidos, porque se sienten identificados con su maestro y como Él y con Él, conocen la verdad, experimentan las entrañas de Dios.
(Me lo envía, mi amiga Ana M. de Luco, que sabe de vivir en la calle, con los de la calle).
Lee, medita, ora, contempla