MIRA, TOCA, COMAMOS JUNTOS

Lc 24, 35-48
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían
reconocido a Jesús al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice:
– «Paz a vosotros.» … ¿Tenéis ahí algo que comer?…
Vosotros sois testigos de esto.»

Jesús, para ayudar a mi fe, pronuncia los verbos más simples y familiares: «¡Mira, toca, comamos juntos!».
Nos encontró al alba con el día:
palabras nuevas le oímos hablar.
Al escuchar el alma se encendía de nuevo el camino pudimos encontrar.
Himno Litúrgico
Las personas son el cuerpo de Dios, puedo tocarlo allí.
«¿Tienes algo de comer?». Comer es señal de vida; hacerlo juntos es el signo más elocuente de un vínculo rehecho, de una comunión redescubierta, el gesto cotidiano de la vida que sigue y sigue. La salvación está, en que coma pan y sueñe conmigo; su cercanía es un contagio de vida. Emaús, es Jesús que sale a nuestro encuentro y soy yo que salgo al encuentro de mis hermanas y hermanos.
“Él les abrió la mente para entender las Escrituras”. Y el estrecho aliento del corazón entra en el amplio aliento del cielo, si te conviertes en un mendigo hambriento de sentido, si lees la Palabra con pasión e inteligencia.
Cristo, tiene brazos para mí también, para tocar y ser tocado; capaz, al regresar, de hacer
amar mi esperanza.
Lee, medita, ora, contempla