ORAR por la Unidad de los Cristianos

II Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C
19 enero, 2019
III Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C
25 enero, 2019

El pasado 18 de enero comenzábamos con toda la Iglesia la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos,

invitándonos a orar por todos los cristianos sea cual sea su tradición, a subrayar todo lo que nos une, con el fin de que los hombres y mujeres de nuestro tiempo crean en Jesucristo, único Pastor que cuida de un único rebaño.

Y yo me pregunto: Orar por la unidad es importante, y habría que hacerlo más a menudo, pero…

¿No queda todo un poco en el aire?

Es necesario orar por la unidad… pero ¿no estaría bien en este semana, al menos, también orar por la unidad entre todos nosotros, la unidad por los que conviven con nosotros?

Me pregunto: Cuántas cosas nos separan de los que viven cerca de nosotros: de los compañeros de clase o del trabajo?… ¿Cuántas cosas me separan de mis hermanas de comunidad? Seguramente que hay cosas que, con los que convivimos, nos cuesta encajar, comprender e incluso quizá hasta hacer nuestro…pero… ¿No es verdad que también hay cosas que nos unen?

En una comunidad… ¿No nos une el trabajo, la oración, donde cada una en su lugar ora al mismo Dios y Señor? ¿No nos une también sentarnos a la mesa juntas sabiendo que Él está en medio como el que sirve?

¿y no es también la  celebración litúrgica el lugar donde, al caer la tarde, somos llamadas a comer de un mismo

pan y beber de un mismo cáliz?..

Quizá se nos regala esta semana para cuidar  esos momentos y hacer nuestra la llamada a la unidad con lo que cada una es. Todas muy diferentes: en cuanto a edad, cultura, experiencia, maneras de ver la vida…. pero es desde la misma vocación desde donde somos llamadas a formar un solo rebaño.

Os invito a todos a pensar y reflexionar sobre qué cosas os unen con los que tenéis cerca y cómo podemos superar las cosas que de alguna manera nos separan.

Descubramos en nuestro vivir cotidiano al que es un SOLO SEÑOR, demos gracias por la fe y pensemos con gratitud qué nos une: un solo bautismo, un solo Dios  y Padre.