Solemnidad de la Virgen de Covadonga. Asturias

XXII Domingo del T. O. Ciclo C
31 agosto, 2019
XXIII Domingo del T. O. Ciclo C
7 septiembre, 2019

Lc 1, 39-47.

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno. Entonces, Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor. Entonces dijo María: Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

 

María sale de su casa natal y emprende su viaje, metáfora de todos los viajes del alma y de la vida misma. Cuando tú abres tu vida a Dios, ya no debes temer. María sale de su casa natal al encuentro de su prima Isabel, para mostrar que vive del misterio, de las palabras de un ángel. Mirando a María, nos apercibimos de que «toda casa», es lugar donde se realiza la salvación y la vida cotidiana es la masa en la que se introduce la levadura del Evangelio. Vivir con fe, nos da la oportunidad de salir de nosotros y gozar con los que nos rodean. Hoy recuerdo una salida… y una llegada a ésta Casa. Con esta tierra de Asturias, con sus gentes, me sale decir. «Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador».

Lee, medita, ora, contempla.

Monasterio de San Pelayo
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