«Oramos con todos y por todos»
Somos monjas benedictinas. Respondiendo a la profunda llamada al soplo interior que nos urge (cf. Job 32, 18-19), buscamos a Dios en nuestro propio ser, el Rostro de Cristo en las personas y los acontecimientos.
Nuestra escucha es silenciosa y atenta a la Palabra de Dios y a la vida.
«Comprometemos nuestra vida unas con otras, con nuestra tierra y sus gentes»
Juntas
Caminamos juntas toda la vida, compartiendo proyectos y dificultades. Somos testigos de nuestros logros y nuestros fracasos. Y, al final del camino, pasamos de las manos de nuestras hermanas que nos cuidan y atienden en la debilidad, a las manos de Dios Padre.
Comunidad
La vida en el monasterio está centrada en la búsqueda de Dios en comunidad, siguiendo a Cristo por el camino del Evangelio según la Regla de San Benito. Solidarias con las alegrías y dificultades de la humanidad.
Cristiana
Como las primeras comunidades cristianas, buscamos formar un solo corazón y una sola alma, manifestando con fuerza que «es posible y bello vivir juntas».