«DAME DE BEBER»

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6 marzo, 2023
Jesús con la Samaritana
«Encuentro en el pozo»
11 marzo, 2023
Jn 4, 5-42.

En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía. Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: «Dame de beber.» Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida.

La samaritana le dice: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
Jesús le contestó: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.»
La mujer le dice: «Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»
Jesús le contestó: «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.»
La mujer le dice: «Señor, dame de esa agua así no tendré más sed ni tendré que venir aquí a sacarla.» «Señor, veo que tú eres un profeta…

No es fácil reconocer que se tiene sed.
Porque la sed es un dolor
que descubrimos poco a poco
dentro de nosotros, por detrás
de nuestros habituales relatos defensivos,
asépticos o idealizados; es un dolor
antiguo que, sin apenas darnos cuenta,
descubrimos como que se ha reavivado,
y tememos que nos debilite;
son heridas que nos cuesta afrontar
y, más aún, aceptar confiadamente.
José Tolentino Mendonça