Dejar caer para Re-nacer

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XXVI Domingo del T.O. Ciclo C
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El Otoño…

Busqué su significado y encontré esto:

El otoño se caracteriza por la caída de las hojas de aquellos árboles que forman parte del grupo de los caducifolios. Los árboles de este tipo, a diferencia de los perennes, renuevan sus hojas cada año. Con la llegada del otoño, por lo tanto, las hojas adquieren un color amarillento o amarronado y caen al suelo una vez que están secas. Durante el invierno, los árboles caducifolios permanecen “desnudos” y recién vuelven a exhibir su follaje en la primavera.

 

Da la sensación de que en esta estación del otoño, la naturaleza desacelera su ritmo, preparando el camino para el silencioso letargo del invierno, planteándonos un tiempo de una suave y hermosa belleza vista de una manera diferente

El Otoño nos invita a soltar, a volver a nuestro interior para dar cabida a nuevas experiencias en nuestra vida.

Nos invita a agradecer y bendecir todo lo que tenemos, lo que hemos alcanzado con nuestro esfuerzo y que podemos disfrutar cada día, las bondades de la naturaleza, las pequeñas cosas, los amigos, los momentos, las hermanas, la familia, todo lo que, aunque evidente, es un verdadero regalo para nosotros.

El otoño es posibilidad de gestar y dar nueva vida, de trabajar en un nuevo crecimiento espiritual. Todo cae al caer las hojas, mientras regresa el árbol a su seno, a su raíz. Y el hombre a su ser, a su latir secreto. Mientras hay como un derrumbe, una luz, una hoguera se enciende en el adentro de nuestro ser.

En esta hora del otoño la creación entra en un sueño y pasa horas y horas en la sombra, en la penumbra, en la oscuridad, acurrucada en el secreto abrazo de la madre tierra. Nuestra tierra, mi tierra, habitada por el silencio alumbrará una palabra, una primavera, una nueva vida, otras posibilidades.

Da la sensación que en  el otoño como que se apaga la vida. Pero lo que sucede es que la vida se reúne y se congrega en el seno del silencio para después renacer. Es tiempo de gestación…. De sementera; es paciencia con cierta impaciencia. Es despojo, desapego, transparencia, se caen las hojas y el bosque se vuelve transparente. Cuando se caen las palabras, cuando se detienen los deseos, cuando cesan las expectativas, el alma se vuelve transparente de la trascendencia que le habita. En el silencio, en la quietud todo recobra nueva vida.

El otoño todo es adentro. La primavera todo es afuera.

El silencio, una estación recatada, austera. La primavera es una exhibición espectacular, es un inmenso grito de la naturaleza. La vida se vuelve exuberante

Primero aprende a ser otoño. Después serás primavera….

 

Aprovechemos el tiempo de otoño para soltar lo que ya no necesitamos, desapegarnos de las formas de ser que ya no dan fruto, encontrar un lugar de calma interior y prepararnos para empezar de nuevo porque todo cambia.

FELIZ otoño!!!