En este segundo domingo del tiempo ordinario la Palabra de Dios nos descubre la relación de Dios con su Pueblo bajo las hermosísimas imágenes de las nupcias y de los carismas. Isaías ilustra la relación a través del desposorio con “mi favorita” en una nueva era de salvación. Por su parte, el principio unificador de los carismas expresados por san Pablo en la Carta a los Corintios es el Espíritu Santo: bodas, vino, corazón
Y, para el evangelista Juan, Caná ocupa un lugar significativo en su obra. Es el pórtico del primer signo que va a manifestar a aquellos que ha llamado para que estuvieran con Él y luego anunciarán la Buena Noticia del Reino. El relato, siempre es desconcertante y novedoso como Palabra de Dios que es. Jesús y María son su centro de atención.
María está atenta a las necesidades de aquella pareja, nadie le había solicitado nada, pero Ella le presenta a su Hijo las carencias que tienen, se preocupa e interviene intercediendo por ellos. Con su manera de proceder nos invita a confiar y acudir al Señor. Ella confía plenamente en su Hijo y está convencida de que Él sabe lo que conviene hacer. De María aprendemos a presentarle al Señor nuestras carencias y a aceptar con humildad su voluntad. La indicación que les da a aquella gente, también es válida hoy para nosotros: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Nos invita a entrar en la voluntad de Dios, a querer lo que Dios quiere. Que nuestra vida sea una búsqueda de la voluntad de Dios para realizarla.
Las palabras que María dirige a los sirvientes coronan el cuadro nupcial de Caná: «Haced todo lo que él os diga» (v. 5). También hoy la Virgen nos dice a todos nosotros: «Haced todo lo que él os diga». Es la herencia que nos ha dejado: ¡es bello! Se trata de una expresión que evoca la fórmula de fe utilizada por el pueblo de Israel en el Sinaí como respuesta a las promesas de la alianza: «Estamos decididos a poner en práctica todo lo que ha dicho el Señor» (Ex 19,8).
En estas bodas, de verdad viene estipulada una Nueva Alianza y a los servidores del Señor, es decir a toda la Iglesia, le es confiada la nueva misión: «Haced todo lo que él os diga».