En la ciudad de Oviedo se venera, cada 3 de febrero, la reliquia del santo que se conserva en el nuestro Monasterio.
El 3 de febrero se celebra la festividad de San Blas, obispo de Sebaste, santo patrono de los otorrinolaringólogos y de las enfermedades de la garganta. El mencionado patronazgo se debe a las curaciones milagrosas que se le atribuían al santo, médico de profesión. Cuenta la tradición que en una ocasión salvó la vida a un niño al que se le clavó en la garganta una espina de pescado y es por esa razón que a él se encomiendan los enfermos de garganta. En el siglo XVII San Blas gozaba, además, de gran popularidad entre los campesinos como santo protector frente a las enfermedades.
Que todos los niños y niñas que hoy, o a lo largo de todo el año vienen a esta Iglesia, acompañados de sus padres o abuelos, crezcan sanos, fuertes y alegres.