Fiesta de Santa Escolástica

       Escolástica fue la primera «discípula de San Benito»; fue la más fiel, la más dócil, la que se asemejó más al Maestro. Solo a Dios corresponde escrutar los corazones.

Escolástica es silenciosa; no traducirá en palabras las enseñanzas de su magnánimo hermano. Ella ha llevado a la tumba el secreto, desde hace catorce siglos, y nuestras repetidas preguntas no la sacarán de su silencio.

Pero su vida nos habla; y hasta la ausencia misma de acciones gloriosas a los ojos del mundo nos es un fiel espejo de las enseñanzas, de los consejos que recibió de san Benito.

Sí, sabemos qué enseñó a su hermana. Sus propios actos, su admirable regla y la vida oculta de Escolástica nos lo enseñan.

San Benito no tenía otra doctrina, no daba otros consejos, que los que dio Jesucristo en su Evangelio.

Santa Escolástica, aprendió de su hermano a «escuchar al Señor»  Por eso se pudo decir de ella «pudo más porque amó más.»

Déjale al Señor una oración para quienes somos portadoras en la Iglesia de la «antorcha» que nos dejó Santa Escolástica y deseamos que llegue su luz al mundo entero.