Lc 1.26-38.
Hubo una mujer a la escucha de Dios, sencilla humilde que reconoció la Presencia del Amor en esa Petición y respondió Si.
El ángel entró donde ella estaba, en su casa. María nos ayuda a repintar el icono de Dios, a hacer de él un Dios deseable, bello, atrayente. Ante todo, su Dios es el Dios de la alegría; es la primera palabra, del ángel: alégrate María, goza, sé feliz.
Palabras, en las que vibra una nota, un perfume, un sabor bueno y raro que todos buscamos, todos los días; la alegría. El ángel asegura que hay una felicidad en el creer y un «placer» de creer. Hoy, éste anuncio es para ti. Déjale espacio y alégrate. Lee, medita, ora, contempla.
Lucero del alba,
luz de mi alma,
Santa María.
Virgen y Madre,
hija del Padre,
Santa María.
Flor del Espíritu,
Madre del Hijo,
Santa María.
Amor maternal
del Cristo total,
Santa María.
H. Litúrgico